jueves, 30 de octubre de 2014

Los diseños kene / The kene designs




By Inin Niwe

& Chonon Benxo

 

First the text in spanish
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Los diseños kene:

hilos que nos mantienen unidos

 

 

Nuestros mayores cuentan que antiguamente los shipibos no conocíamos los diseños kene. Sus  ropas eran tristes  y opacas. Algunos relatan que una mujer salió de su casa para caminar a la orilla  de un lago. Vio a lo lejos  una boa enorme (ronin) echada y sin movimiento. Se acercó hacia ella y observó que su piel estaba decorada con bellos diseños. La mujer regresó a su hogar  y bordó en sus faldas los dibujos geométricos que había visto en la boa. Las demás mujeres  se asombraron y empezaron a pintar esos diseños en sus faldas y en las cushmas (tari) de sus maridos, en sus telas e incluso en los horcones de sus casas.

Otro relato cuenta que los diseños kene pertenecían a los espíritus  acuáticos que viven en los lagos y ríos de nuestro territorio ancestral. Se dice que una mujer  vio a una sirena varada en una orilla  de un lago. Y esa sirena llevaba su cuerpo decorado con kene. Los antiguos se inspiraron en esos diseños para hacer los suyos propios. En ambos relatos se enseña que los primeros shipibos no conocían el kene, sino que el arte de hacer los diseños fue donado a los shipibos por seres de una naturaleza distinta a la humana. Así mismo, en las dos narraciones se afirma que el kene pertenecía en su origen a seres del agua.

Cuando uno pregunta a las mujeres shipibas cual es el significado del kene, muchas veces responden que los diseños simbolizan a los ríos y a lagos que navegamos en canoa. Para nosotros, estos ríos y lagos forman un mundo en sí mismo, que es conocido como el mundo del agua (jene nete), que se diferencia del mundo que habitamos los humanos (non nete). Ambos mundos se complementan entre sí. Nuestra vida es indesligable de los ríos, las lluvias y los lagos. Los cambios de caudal entre la estación seca y la de lluvia condicionan nuestra existencia. Incluso, hay comunidades ribereñas que se vuelven inhabitables cuando el caudal sube demasiado. Pero cuando las aguas se retiran, esos terrenos de bajial han recibido los nutrientes de las aguas y se vuelven espacios ideales para sembrar plantas alimenticias de rápida cosecha.

La nación shipiba, aunque también practicaba la caza del monte, es ante todo un pueblo pescador. El mundo del agua es fuente de nutrición, generosa matriz que prodiga los alimentos. Así mismo, una parte de las plantas medicinales que hemos usado desde antiguo crecen en los terrenos  bajos, cerca del río, y pueden sobrevivir tanto en la superficie como debajo del agua. Hay ciertas plantas medicinales de bajial que, cuando se las dieta para iniciarse en la medicina, permiten al médico tener la fuerza del agua y aprender sus conocimientos medicinales. Algunos cuentan que incluso el ayawaska (oni) era usado en un principio solo por los espíritus del agua, y fue de ellos que los humanos aprendimos a trabajar con esta planta que nos permite curar y obtener gran sabiduría. Nuestros abuelos nos enseñaron que en el mundo del agua viven espíritus poderosos: algunos de ellos son generosos médicos, que nos dan su conocimiento y colaboran con nosotros; otros son seres hostiles a los seres humanos y relacionados con la brujería.

El mundo del agua es de principal importancia para nuestro pueblo, tanto en el nivel material (pues garantiza nuestra sobrevivencia) como en el simbólico (pues el temperamento de nuestra cultura es indesligable del mundo del agua). Los antiguos no tenían carreteras; los ríos y lagos eran su camino para viajar. Antes de la llegada de los misioneros, los shipibos no vivían en comunidades; cada familia habitaba en su propio territorio, separado de los demás. Los parientes se visitaban entre sí navegando por los ríos. Por eso el kene, que dibuja estos ríos y lagos como un mapa geométrico, es símbolo que aquello que nos une, de los vínculos de afecto entre los parientes. El kene es la identidad íntima y amorosa del pueblo shipibo, aquello que nos mantiene unidos y nos hace conservar nuestra condición de indígenas, de humanos legítimos (joni kon), sin importar dónde vivamos. Gracias al kene, aun morando lejos de la comunidad, nuestros pensamientos se siguen vinculando con los parientes, con los ríos y lagos, con el poder medicinal de las plantas, con la sabiduría y la fuerza de nuestros ancestros. Los hilos del kene trazan el bordado que nos relaciona con el pasado; su fuerza medicinal nos hace vivir el presente de manera correcta y nos da sabiduría para afrontar los retos del futuro.

Algunas madres les dan a sus hijas recién nacidas gotas de una planta medicinal para que cuando crezcan lleguen a ser maestras del diseño. Es una planta que crece a la orilla de las aguas, cuya dieta es muy estricta; por eso solo pueden cumplirla los bebes recién nacidos que se alimentan de leche materna de forma exclusiva. También hay una planta medicinal, llamada en shipibo kene samban, con la cual las mujeres puedan mojar sus manos y luego empezar a dibujar; así perfeccionarán sus diseños y siguen aprendiendo. Algunas veces, las mujeres diseñadoras sueñan con antiguas maestras que les enseñan diseños que nadie más borda, o ven diseños antiguos en las faldas de sus antepasadas. Mediante los sueños podemos obtener grandes conocimientos y conversar con los espíritus. A los espíritus siempre los vemos muy adornados con kene. En los días de fiesta nosotros también nos vestimos bien arreglados, para tratar de parecernos en belleza y resplandor a los espíritus chaickonibo.

Cuando soñamos o en las visiones de ayawaska, vemos que todo lo que es medicinal y bueno aparece decorado con kene. Los cantos medicinales también trazan diseños kene que solo pueden ser vistos por nuestros sentidos espirituales. Cuando un paciente se va recuperar, vemos que se dibujan sobre su cuerpo estos diseños hermosos y saludables. Los diseños medicinales impregnan al paciente de su belleza, hermoseando su pensamiento y otorgándole fuerza. Así sabemos que ese paciente ha sido bienvenido por los espíritus dueños (ibo) de la medicina, que el mundo medicinal (jakon nete) se ha abierto y lo ha recibido. Los cantos medicinales podrán ayudarlo, sanándolo de sus males y dolencias. 

 

 

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The kene designs:

threads that keep us together

 

 


Our elders say that at the beginning the Shipibo people did not know how to make their designs, which are called kene. Their clothes were sad and dull. Some tell that a woman left her home to walk to a lake shore. She saw in the distance a huge pitch and motionless boa (ronin). She walked over to her and noticed that her skin was decorated with beautiful designs. The woman returned home and embroidered in her skirts the geometric drawings that she had seen in the boa. The other women were amazed and began to paint these designs on their skirts and on the tunics (tari) of their husbands, and even in the posts of their houses.

Another story tells that kene designs belonged to the water spirits that live in the lakes and rivers of our ancestral territory. It is said that a woman saw a mermaid washed up on a lake  shore. And that siren carried her body decorated with kene. The ancients were inspired by these designs to make their own. Both stories taught that the first shipibos did not know the kene; the art of making designs was donated to the Shipibo by beings of a different nature. The two accounts stated that the kene originally belonged to the water spirits.

When you ask a shipibo women what is the meaning of the kene, they often respond that designs symbolize the rivers and lakes that we sailed by canoe. For us, these rivers and lakes form a world itself, which is known as the water world (jene nete), which differs from the human world we inhabit (non nete). Both worlds complement each other. Our life is inseparable from rivers, rain and lakes. In the rain forest, the flow changes between the dry season and the rainy season condition our existence. There are even coastal communities that become uninhabitable when the flow gets too high. But when the waters recede, these areas have received nutrients from the water and become ideal places to grow food plants of quick harvest.

The Shipibo nation practiced hunting in the forest, but is primarily a fishing culture. The world of water is a source of nutrition. Likewise, some of the medicinal plants that have been used since ancient times, grow on low ground near the river, and can survive both on the surface and underwater. There are certain of these herbs that are used for learning about the spiritual medicine and give us the force of water. Some say that even Ayawaska (oni) was used at first only by the water spirits, and it was from them that humans learned to use this plant that allows us to heal and get great wisdom. Our grandparents taught us that in the water world lives powerful spirits: some of them are generous doctors, that give us their knowledge and work with us; others are hostile to human beings and are associated with bad magic.

The water world is of primary importance to our people, both on the material level (it ensures our survival) and symbolic (as the temperament of our culture is inseparable from it). The ancients had no roads; rivers and lakes were the way to travel. Before the arrival of the missionaries, the Shipibo not live in communities; each family lived in their own territory, separate from others. The relatives visited each other navigating the rivers. So the kene designs, that draws these rivers and lakes as a geometric map, is a symbol of all that unites us, the bonds of affection that exist among relatives. The kene is the loving and  personal identity of Shipibo people, what keeps us together and makes us keep our indigenous status of legitimate human (joni kon), regardless of where we live. Thanks to kene, even if we live away from the community, our thoughts remain together with our relatives, with the rivers and lakes, with the strength of medicinal plants, with the wisdom and strength of our ancestors. The threads of the kene link us to the past; and its medicinal strength makes us live life correctly and gives us wisdom to face the challenges of the future.

Some mothers give their daughters newborn drops of a medicinal plant that allow theme to grow up as masters of design. It is a plant that grows at the edge of the water, whose diet rules (restrictions for incorporate its powers) are very strict; only newborn babies, that are fed only with breast milk, could fulfilled. There is also a medicinal plant called in shipibo kene samban; women can wet their hands with it and then start drawing, for learning more about the designs. Sometimes, women designers dream with old masters who teach theme designs that no one else embroider or antique designs that had been forgotten. Through dreams we can gain great knowledge from the spirits. In our dreams and visions, the spirits always see very ornate with kene. In our celebrations we also dress ourselves well groomed, trying to seem with the beauty and splendor of the chaickonibo spirits.

When we dream or in our visions, we see that all what is good and medicinal appears decorated with kene designs. Medicinal songs also plotted kene that can only be seen by our spiritual senses. When a patient is going to recover, we see that his body is cover by these beautiful designs of health. Medicinal designs pervade the patient of their beauty, beautifying his thinking and giving him force. So we know that the patient has been welcomed by the spirits owners (ibo) of medicine; the medical world (Jakon nete) has been opened for him and has received him. Medicinal songs will heal him

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