By Inin Niwe
& Chonon
Benxo
Los diseños kene:
hilos que
nos mantienen unidos
Nuestros mayores cuentan que antiguamente los
shipibos no conocíamos los diseños kene.
Sus ropas eran tristes y opacas. Algunos relatan que una mujer salió
de su casa para caminar a la orilla de
un lago. Vio a lo lejos una boa enorme (ronin) echada y sin movimiento. Se
acercó hacia ella y observó que su piel estaba decorada con bellos diseños. La
mujer regresó a su hogar y bordó en sus
faldas los dibujos geométricos que había visto en la boa. Las demás
mujeres se asombraron y empezaron a
pintar esos diseños en sus faldas y en las cushmas
(tari) de sus maridos, en sus telas e incluso en los horcones de sus casas.
Otro relato cuenta que los diseños kene pertenecían a los espíritus acuáticos que viven en los lagos y ríos de
nuestro territorio ancestral. Se dice que una mujer vio a una sirena varada en una orilla de un lago. Y esa sirena llevaba su cuerpo
decorado con kene. Los antiguos se
inspiraron en esos diseños para hacer los suyos propios. En ambos relatos se
enseña que los primeros shipibos no conocían el kene, sino que el arte de hacer los diseños fue donado a los
shipibos por seres de una naturaleza distinta a la humana. Así mismo, en las
dos narraciones se afirma que el kene
pertenecía en su origen a seres del agua.
Cuando uno pregunta a las mujeres shipibas cual es
el significado del kene, muchas veces
responden que los diseños simbolizan a los ríos y a lagos que navegamos en
canoa. Para nosotros, estos ríos y lagos forman un mundo en sí mismo, que es
conocido como el mundo del agua (jene
nete), que se diferencia del mundo que habitamos los humanos (non nete). Ambos mundos se complementan
entre sí. Nuestra vida es indesligable de los ríos, las lluvias y los lagos.
Los cambios de caudal entre la estación seca y la de lluvia condicionan nuestra
existencia. Incluso, hay comunidades ribereñas que se vuelven inhabitables
cuando el caudal sube demasiado. Pero cuando las aguas se retiran, esos
terrenos de bajial han recibido los nutrientes de las aguas y se vuelven
espacios ideales para sembrar plantas alimenticias de rápida cosecha.
La nación shipiba, aunque también practicaba la
caza del monte, es ante todo un pueblo pescador. El mundo del agua es fuente de
nutrición, generosa matriz que prodiga los alimentos. Así mismo, una parte de
las plantas medicinales que hemos usado desde antiguo crecen en los
terrenos bajos, cerca del río, y pueden
sobrevivir tanto en la superficie como debajo del agua. Hay ciertas plantas
medicinales de bajial que, cuando se las dieta
para iniciarse en la medicina, permiten al médico tener la fuerza del agua y
aprender sus conocimientos medicinales. Algunos cuentan que incluso el ayawaska
(oni) era usado en un principio solo
por los espíritus del agua, y fue de ellos que los humanos aprendimos a
trabajar con esta planta que nos permite curar y obtener gran sabiduría.
Nuestros abuelos nos enseñaron que en el mundo del agua viven espíritus
poderosos: algunos de ellos son generosos médicos, que nos dan su conocimiento
y colaboran con nosotros; otros son seres hostiles a los seres humanos y
relacionados con la brujería.
El mundo del agua es de principal importancia para
nuestro pueblo, tanto en el nivel material (pues garantiza nuestra
sobrevivencia) como en el simbólico (pues el temperamento de nuestra cultura es
indesligable del mundo del agua). Los antiguos no tenían carreteras; los ríos y
lagos eran su camino para viajar. Antes de la llegada de los misioneros, los
shipibos no vivían en comunidades; cada familia habitaba en su propio
territorio, separado de los demás. Los parientes se visitaban entre sí
navegando por los ríos. Por eso el kene,
que dibuja estos ríos y lagos como un mapa geométrico, es símbolo que aquello
que nos une, de los vínculos de afecto entre los parientes. El kene es la identidad íntima y amorosa
del pueblo shipibo, aquello que nos mantiene unidos y nos hace conservar
nuestra condición de indígenas, de humanos legítimos (joni kon), sin importar dónde vivamos. Gracias al kene, aun morando lejos de la comunidad,
nuestros pensamientos se siguen vinculando con los parientes, con los ríos y
lagos, con el poder medicinal de las plantas, con la sabiduría y la fuerza de
nuestros ancestros. Los hilos del kene
trazan el bordado que nos relaciona con el pasado; su fuerza medicinal nos hace
vivir el presente de manera correcta y nos da sabiduría para afrontar los retos
del futuro.
Algunas madres les dan a sus hijas recién nacidas
gotas de una planta medicinal para que cuando crezcan lleguen a ser maestras
del diseño. Es una planta que crece a la orilla de las aguas, cuya dieta es muy estricta; por eso solo
pueden cumplirla los bebes recién nacidos que se alimentan de leche materna de
forma exclusiva. También hay una planta medicinal, llamada en shipibo kene samban, con la cual las mujeres
puedan mojar sus manos y luego empezar a dibujar; así perfeccionarán sus
diseños y siguen aprendiendo. Algunas veces, las mujeres diseñadoras sueñan con
antiguas maestras que les enseñan diseños que nadie más borda, o ven diseños
antiguos en las faldas de sus antepasadas. Mediante los sueños podemos obtener
grandes conocimientos y conversar con los espíritus. A los espíritus siempre
los vemos muy adornados con kene. En
los días de fiesta nosotros también nos vestimos bien arreglados, para tratar
de parecernos en belleza y resplandor a los espíritus chaickonibo.
Cuando soñamos o en las visiones de ayawaska, vemos
que todo lo que es medicinal y bueno aparece decorado con kene. Los cantos medicinales también trazan diseños kene que solo pueden ser vistos por
nuestros sentidos espirituales. Cuando un paciente se va recuperar, vemos que
se dibujan sobre su cuerpo estos diseños hermosos y saludables. Los diseños
medicinales impregnan al paciente de su belleza, hermoseando su pensamiento y
otorgándole fuerza. Así sabemos que ese paciente ha sido bienvenido por los
espíritus dueños (ibo) de la
medicina, que el mundo medicinal (jakon
nete) se ha abierto y lo ha recibido. Los cantos medicinales podrán
ayudarlo, sanándolo de sus males y dolencias.
The kene
designs:
threads that keep us together
Our
elders say that at the beginning the Shipibo people did not know how to make
their designs, which are called kene. Their clothes were sad and dull. Some
tell that a woman left her home to walk to a lake shore. She saw in the
distance a huge pitch and motionless boa (ronin). She walked over to her and
noticed that her skin was decorated with beautiful designs. The woman returned
home and embroidered in her skirts the geometric drawings that she had seen in
the boa. The other women were amazed and began to paint these designs on their
skirts and on the tunics (tari) of their husbands, and even in the posts of
their houses.
Another
story tells that kene designs belonged to the water spirits that live in the
lakes and rivers of our ancestral territory. It is said that a woman saw a
mermaid washed up on a lake shore. And
that siren carried her body decorated with kene. The ancients were inspired by
these designs to make their own. Both stories taught that the first shipibos
did not know the kene; the art of making designs was donated to the Shipibo by
beings of a different nature. The two accounts stated that the kene originally
belonged to the water spirits.
When
you ask a shipibo women what is the meaning of the kene, they often respond
that designs symbolize the rivers and lakes that we sailed by canoe. For us,
these rivers and lakes form a world itself, which is known as the water world
(jene nete), which differs from the human world we inhabit (non nete). Both
worlds complement each other. Our life is inseparable from rivers, rain and
lakes. In the rain forest, the flow changes between the dry season and the
rainy season condition our existence. There are even coastal communities that
become uninhabitable when the flow gets too high. But when the waters recede,
these areas have received nutrients from the water and become ideal places to
grow food plants of quick harvest.
The
Shipibo nation practiced hunting in the forest, but is primarily a fishing
culture. The world of water is a source of nutrition. Likewise, some of the
medicinal plants that have been used since ancient times, grow on low ground
near the river, and can survive both on the surface and underwater. There are
certain of these herbs that are used for learning about the spiritual medicine
and give us the force of water. Some say that even Ayawaska (oni) was used at
first only by the water spirits, and it was from them that humans learned to
use this plant that allows us to heal and get great wisdom. Our grandparents
taught us that in the water world lives powerful spirits: some of them are
generous doctors, that give us their knowledge and work with us; others are
hostile to human beings and are associated with bad magic.
The
water world is of primary importance to our people, both on the material level
(it ensures our survival) and symbolic (as the temperament of our culture is
inseparable from it). The ancients had no roads; rivers and lakes were the way
to travel. Before the arrival of the missionaries, the Shipibo not live in
communities; each family lived in their own territory, separate from others.
The relatives visited each other navigating the rivers. So the kene designs,
that draws these rivers and lakes as a geometric map, is a symbol of all that
unites us, the bonds of affection that exist among relatives. The kene is the
loving and personal identity of Shipibo
people, what keeps us together and makes us keep our indigenous status of
legitimate human (joni kon), regardless of where we live. Thanks to kene, even
if we live away from the community, our thoughts remain together with our
relatives, with the rivers and lakes, with the strength of medicinal plants,
with the wisdom and strength of our ancestors. The threads of the kene link us
to the past; and its medicinal strength makes us live life correctly and gives
us wisdom to face the challenges of the future.
Some
mothers give their daughters newborn drops of a medicinal plant that allow
theme to grow up as masters of design. It is a plant that grows at the edge of
the water, whose diet rules (restrictions for incorporate its powers) are very
strict; only newborn babies, that are fed only with breast milk, could
fulfilled. There is also a medicinal plant called in shipibo kene samban; women
can wet their hands with it and then start drawing, for learning more about the
designs. Sometimes, women designers dream with old masters who teach theme
designs that no one else embroider or antique designs that had been forgotten.
Through dreams we can gain great knowledge from the spirits. In our dreams and
visions, the spirits always see very ornate with kene. In our celebrations we
also dress ourselves well groomed, trying to seem with the beauty and splendor
of the chaickonibo spirits.
When we dream or in our visions, we
see that all what is good and medicinal appears decorated with kene designs.
Medicinal songs also plotted kene that can only be seen by our spiritual
senses. When a patient is going to recover, we see that his body is cover by
these beautiful designs of health. Medicinal designs pervade the patient of
their beauty, beautifying his thinking and giving him force. So we know that
the patient has been welcomed by the spirits owners (ibo) of medicine; the
medical world (Jakon nete) has been opened for him and has received him.
Medicinal songs will heal him
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